Cuando cogí la cámara analógica de mi padre por primera vez (una Olympus M10) me enamoré de la fotografía. Desde entonces he intentado aprender por mi cuenta, interesándome principalmente por la fotografía callejera.

Durante mis viajes, utilizar mi cámara me ha obligado a fijarme en los detalles de los edificios y paisajes que visitaba; me ha dado la oportunidad de interaccionar con personas de distintas edades, clases sociales y culturas; y a la vez, ha capturado algunos de mis mejores recuerdos. Sin duda mi cámara ha demostrado ser mi mejor compañera de viajes.

“Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás”. Robert Frank